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Andes / Nuestra Alcaldía / Sala de Prensa / Andes, 171 años de historias

Andes, 171 años de historias

​​Andes es un municipio del Suroeste antioqueño,3 situado en la cordillera Occidental de los Andes Colombianos; en el extremo suroccidental del departamento de Antioquia, a los 5° 39' 29 de latitud norte y 75° 52' 50 de longitud oeste. Está ubicado a 1.350 m s. n. m., su temperatura media es de 22 °C, su precipitación media anual es de 2.092 mm y su población, según el PBOT del año 2012 es de 40.668 hab. Su cabecera dista 117 km de la ciudad de Medellín, capital del departamento de Antioquia y posee una extensión de 403,42 km². Andes es célebre por ser la cuna del escritor, filósofo y periodista antioqueño Gonzalo Arango, fundador del movimiento nadaista y de la humorista de Sábados felices María Auxilio Vélez.4

336181838_161136830129883_2869276834766747436_n.jpgEl territorio que ocupa el Municipio de Andes, fue descubierto a mediados del siglo xvi, época en la que hacía parte del distrito de Caramanta. Los Primeros Pobladores abandonaron prontamente esta comarca, y hasta el siglo xix no se volvió a tener noticias de esta región.

La iniciación del primer núcleo poblado de Andes aconteció de acuerdo con la tradición, en la siguiente forma: en 1805, los Envigadeños José María de la Calle y José María Restrepo, subieron por el San Juan en busca de minas y salados, y habían logrado los respectivos registros. Hacia el año de 1820 el indio Guaticamá, perseguido por las autoridades a causa de haber asesinado a su esposa, salió de la población chocoana de "El Chamí" y después de atravesar la cordillera se estableció en un punto que llamó "La Bodega", dedicándose a trabajar la tierra. Vivió allí muchos años hasta que algunos indios siguieron su ruta y también fijaron allí su residencia.

El Doctor Antonio Tascón, quien estuvo por la región "Cazando" indios, elogió su prodigiosa ferocidad y ello motivó la afluencia de algunas familias indias que fundaron allí su caserío con el nombre de "Gólgota". Se afirma que el descubridor y explorador del río San Juan, que riega el municipio, fue Marcos Tabares. Su informe en que ponderaba las riquezas auríferas de la vertiente del río y la abundancia de fuentes saladas, atrajo nuevos colonos que aumentaron la po​blación del incipiente caserío del "Gólgota".

Uno de los acompañantes del Señor Tabares, Don Ruperto Castañeda, descubrió en los Llanos de Santa Rita algunas fuentes saladas y las minas de oro que luego fueron denunciadas con los nombres de "La Soledad" y "San Antonio". A consecuencia de estos descubrimientos, llegó la primera pareja blanca compuesta por don Manuel María Vélez y su esposa, doña Andrea Uribe de Vélez (tía del general Rafael Uribe Uribe). El descubrimiento de la mina "El Chaquiro" fue un acontecimiento que atrajo nuevos colonos, y así se fundó la aldea de Santa Rita. Señalan algunas historias que en el año de 1842, diez años antes de presentarse en estos lugares el principal fundador, se estableció en la tantas veces nombrada "Ciudad", el señor Pedro Aramburo, quien más tarde prestó su cooperación a la fundación del este Municipio.6 7

"En un Principio, no hubo ninguna intención de fundar un pueblo en el actual territorio de Andes. Solamente había la preocupación de explotar las ricas minas de oro de veta y aluvión, ubicadas en su mayor parte en el corregimiento de Santa Rita8 "

Aborígenes​

335920927_963241507995986_4624229794545425092_n.jpgAunque se han realizado numerosas investigaciones arqueológicas en suelo antioqueño, los mismos investigadores reconocen que es poco lo que se sabe sobre las sociedades indígenas asentadas durante milenios en este territorio. Han surgido, no obstante, dos teorías sobre los primeros poblamientos. La primera establece que hace por lo menos 40.000 años grupos de cazadores comenzaron a colonizar el continente de norte a sur y se fueron adaptando a distintas regiones creando unidades sociales en diversas zonas de América. La segunda teoría afirma que la primera agricultura intensiva vinculada a asentamientos estables tuvo su verdadero origen en la selva amazónica, y de allí partió hacia las vertientes montañosas y las costas donde se produjo una ocupación extendida del territorio y surgieron las aldeas con algún nivel de infraestructura en las que se practicaron tecnologías de producción, de urbanismo y de comunicación, además del trueque y de algunas formas de conocimiento científico, matemático y astronómico.

El territorio antioqueño, por su ubicación geográfica, fue un importante escenario natural de estos grupos. Luego, el río Magdalena permitió su penetración hacia gran parte del interior de Los Andes donde se conformaron poblamientos con una antigüedad relativa de 7 a 8 mil años. En estas sociedades se produjo una transición hacia las actividades agrícolas en las que se dio preferencia al cultivo del maíz debido a su importancia alimenticia y a su adaptabilidad a diversos suelos y climas. Como sociedades agrícolas, dejaron atrás el nomadismo y conformaron luego algunas unidades sociopolíticas llamadas cacicazgos con una muy definida jerarquización social y con sistemas de intercambio comercial que permitían la circulación de productos excedentes y el aprovisionamiento de aquellos no producidos localmente. En las zonas montañosas el oro y la sal desempeñaron el papel de productos para el trueque.

Dentro de estos grupos humanos se destacaron los Catíos quienes al momento de la conquista española se localizaban en la Cordillera Occidental diseminados por un amplio territorio que se expandía, al parecer, desde Santafé de Antioquia hacia el sur, cerca de Caramanta y poseían poblaciones como Xundable y la mítica Cori, entre otras, donde sus habitantes se especializaron en el procesamiento del oro y la sal. Los Catíos fueron además grandes guerreros que lograron un relativo desarrollo económico, tecnológico e ideológico y de quienes se afirma, según las crónicas de Cieza de León, que practicaron la antropofagia con fines rituales.

Las investigaciones sobre ocupaciones indígenas prehispánicas en nuestro territorio continúan con buenos resultados. Recientemente, por ejemplo, en el corregimiento de Santa Rita, alrededor de una fuente salina, un grupo de antropólogos de la Universidad de Antioquia descubrió algunos vestigios que indican la presencia de grupos humanos entre el sexto milenio a. C. y el siglo xvi d. C. Estas investigaciones, sumadas a los testimonios de cronistas como Sardella y el citado Cieza de León, permiten establecer que se trata de ocupaciones de los Caramanta y los Cori que habitaron las estribaciones del macizo montañoso conocido como Farallones del Citará o Cuchilla de Caramanta donde se localiza el valle del río Santa Rita.

Por fuentes arqueológicas y etnohistóricas se sabe que los Caramantas constituían sociedades agrícolas que sembraban el maíz, la yuca, y otros vegetales y que aprovechaban la fauna y la flora nativas y los minerales como el oro y las fuentes de agua sal; así mismo, se proveían de productos inexistentes en la región por medio de sistemas de intercambio local y regional.

Los Caramantas tenían prácticas afines a las de los Catíos, entre las que se destacaban el canibalismo ritual y la exhibición de cráneos de los vencidos en sus guerras, a manera de trofeos. Poseían lugares especializados de culto con ofrendas y sacrificios humanos y enterraban a sus muertos con ricos ajuares, lo que desató la codicia de los guaqueros paisas, destructores, siglos después, de interesantes lugares de interés arqueológico.

Los españoles en el Suroeste​

336020065_878001499947782_6798238748067544891_n.jpgLa primera expedición conquistadora hacia el interior de lo que hoy se conoce como departamento de Antioquia fue comandada por Francisco César, cumpliendo órdenes del Pedro de Heredia, Gobernador de Cartagena. A César, como a todos los conquistadores peninsulares, lo movía la ambición del oro y partió en 1536 en busca del mítico tesoro de Dabaibe. Entró por el río León con 63 españoles, ascendió la serranía de Abibe y llegó a tierras de Guaca, gobernadas por el cacique Nutibara quien opuso abierta y valiente resistencia a la ocupación.

Los españoles regresaron a San Sebastián de Urabá y en enero de 1538 organizaron una nueva expedición al mando de Juan Vadillo. De nuevo enfrentan a Nutibara a quien vencen y asesinan en la región de Buriticá. Siguieron hacia el sur y luego recorrieron parte del Cauca, desde Buriticá hacia la región del actual suroeste, territorio en el que, según escribiría luego el licenciado Vadillo, los conquistadores avistaron "Una gran extensión de bosques e una inmensa floración silvestre. Por doquiera que anduvimos, los naturales del país se escondían evadiendo nuestro trato". Ascendieron la cordillera remontando el río Garú (San Juan) hasta Caramanta donde muere Francisco César. Esta difícil y costosa expedición culmina en Anserma cuando las tropas de Vadillo se encuentran con Lorenzo de Aldana, quien venía desde Quito.

Años más tarde Jorge Robledo en una travesía iniciada desde el Perú dejó atrás Anserma y llegó a tierras de Bolombolo, en límites con Zenufaná. Escribe en una de sus crónicas: "Desde Zenufaná a Aburrá puede haber seis leguas; en todo este camino hai grandes asientos del pueblos antiguos e mui grandes edificios, de caminos a mano e grandes, por las sierras e medias laderas, que en el Cuzco no los hai mejores. I todo está perdido e destruido, e no hai indio que sepa decir como ha sido ni de qué se ha despoblado".

Del paso de los españoles por estas regiones que hoy conforman el suroeste de Antioquia quedó una fundación, la Villa de Caramanta, poblado por el capitán Francisco Gómez Hernández en 1548 por órdenes de Belalcázar. Esta villa tenía en 1559 once pueblos de indios con igual número de encomendaderos, entre quienes se destacó don Luis Daza cuya encomienda tenía el nombre de Paparó que derivó luego en Tapartó y estaba ubicada a trece leguas de Anserma y a veintitrés de Santa Fe de Antioquia.

Testimonios posteriores indican que esta villa se ubicaba en el actual corregimiento de San José, sitio conocido como "La Ciudad". Manuel Uribe Ángel, en 1878, relata: "Un indio, Guaticamá, muerto hace poco en el distrito de Andes, de quien se decía haber vivido más de un siglo, refería no hace poco que estando en un pueblo del Chocó oía contar a su abuelo que al lado de acá de la Cordillera de Los Andes, habían establecido los españoles una gran ciudad poblada por blancos, negros e indios". Por su parte, el cura José María Gómez Ángel, en 1863, cuenta que allí, luego de ser derribados los montes y convertidos en prados, se descubrieron señales de calles y plazas de una antigua ciudad que fue abandonada por los españoles.

La existencia de Caramanta fue efímera. A finales del siglo xvi sus habitantes emigraron hacia Santa Fe de Antioquia que se había transformado en un centro económico importante. Luego de la retirada de los españoles, esta región permaneció inexplorada hasta la llegada, tres siglos después, de los nuevos colonos, los antioqueños del centro y oriente del departamento.

El viaje de Vadillo

335993038_977970196918061_3096182157100565971_n.jpgLos cronistas españoles dejaron algunos textos importantes para la interpretación de la gesta conquistadora, es los que, a su manera, describieron las costumbres y particularidades de los pueblos indígenas. Uno de ellos, Gonzalo Fernández de Oviedo (1478-1557), en su obra Historia General y Natural de la Indias, relató el viaje del oidor Juan Vadillo por territorios cercanos al actual municipio de Andes. A esa relación corresponde el siguiente fragmento:

El día de San Juan del año 1538 llegó el licenciado Vadillo con sus tropas a un río pequeño que iba a entrar en el grande que parecía debajo de Buriticá. Y pasaron, aunque les pesó a los contrarios, en demanda de ciertas sepulturas ricas, de que tenían nueva y pasaron por una provincia que se llama Guaca y de allí fueron a un río llamado Manderia, donde les salieron muchos indios a impedirles el paso de la provincia que se dice Corid, de la cual llevan gran nueva y deseo, y salió falsa su esperanza, así del oro como de las sepulturas. Y allí murió el capitán Francisco de César de quebrantamientos que pasó y calor de seguir indios, que se les pasaron delante hiriéndoles con tiraderas. Y todavía a pesar y con daño de los contrarios procedieron los españoles en busca de otras minas que se dicen de Cuyr-Cuyr de un bohío que les habían dicho que era de plumas de papagayos y que tenía mucho oro, y de una casa del diablo que la llaman trabuco, que decían que era la mitad de oro y la mitad de piedra. Todo fue burla, porque a la verdad mucho más saben los indios mentir que otras entes y con más disimulación. Volvieron estos españoles al río, porque los indios les dieron a entender que por allí era el mejor camino para otra provincia que se dice Caramanta, donde están las minas de Cuyr-Cuyr en las cuales hay tanto oro, según los indios afirmaban, que no hacen sino llegar y con la mano, sin otro instrumento ni trabajo, sacan el oro y sin lavarlo lo funden, porque es oro granado. Y publican que en los nacimientos de aquel río había grandísima cantidad de oro y esmeraldas. Y fueron con gran trabajo junto al río, sin hallar mantenimiento ni camino y con mucha pena y cansancio y quiso Dios depararles una quebrada de una sierra por donde hallaron salida; y a los dos días de agosto llegaron a una población que se dice Sarigaz y de allí fueron a Caramanta y quisiéronles los indios resistir la subida de una sierra, pero por fuerza de armas, aunque les pesó, subieron a otra población que se llama Xuburá y allí procuraron guía que los llevara al bohío de las plumas y a la casa de diablo trabuco...

La colonización Antioqueña​

Los procesos de poblamiento y fundación de Andes deben abordarse como etapas de una época en la historia de nuestro departamento conocida como Colonización antioqueña. Este amplio periodo abarca aproximadamente ciento cincuenta años, se inicia a mediados del siglo xviii y se prolonga, incluso, hasta las primeras décadas del XX.

La Colonización antioqueña integró a la economía nacional amplios territorios del occidente colombiano cubiertos hasta entonces de selvas seculares y fue llevada a cabo por oleadas de campesinos obligados a emigrar del Valle del Aburrá y del oriente antioqueño debido al progresivo empobrecimiento agrícola y a la carencia de suelos cultivables.

Según el historiador Roberto Luis Jaramillo, esta colonización revistió dos modalidades: la espontánea y la planeada; la primera estuvo compuesta por campesinos pobres con fines de subsistencia; la segunda, orientada por la elites económicas de Medellín, tuvo una finalidad calculada y lucrativa.

En el suroeste antioqueño se consolidaron algunas corrientes migratorias que confluyeron en las montañas de Fredonia y luego se dispersaron por territorios hoy ocupados por Titiribí y Amagá. Titiribí, Amagá y Fredonia se transforman, entonces, en focos de colonización desde donde saldrían cantidades de individuos para establecerse, primero, en el cañón de la Comiá (Concordia) y luego en la hoya del río San Juan y tierras del Barroso (Salgar y Bolívar).

336496955_605810610972767_651755746447239342_n.jpgLos territorios hoy ocupados por el municipio de Andes fueron explorados, antes de la fundación, por los envigadeños José María de la Calle y José María Restrepo quienes en 1805 subieron por el San Juan en busca de minas y salados. Algunos investigadores aseguran que estas primeras exploraciones fueron llevadas a cabo por Marcos Tabares, quien, al parecer, dejó un prolijo informe elogiando las riquezas naturales y minerales de la región. No existen, por desgracia, documentos que sustenten estas aseveraciones. Más tarde, en 1846, Manuel María Vélez, Vicente Callejas y Eugenio Ruiz, vecinos de Titiribí, se adentraron por el río San Juan hasta Santa Rita, hicieron luego una solicitud para explotación de salinas y se comprometieron a sacar más de 17.000 arrobas de sal al año. En la tradición histórica nuestra, don Manuel María Vélez y su esposa Andrea Uribe son considerados como la primera pareja de colonos que se avecindaron en Santa Rita.

Después, la colonización tomó fuerza cuando se repartieron medianos y pequeños lotes en pisos templados y fríos a un considerable número de mestizos, mulatos, indios y blancos pobres. En total, eran 434 familias provenientes en su mayoría de Medellín y Envigado. Estos colonos fueron clasificados en antiguos pobladores, poseedores actuales y solicitantes actuales. Los últimos repartos tuvieron lugar en 1859 cuando se adjudicaron todas las tierras útiles y solo quedaron 20 leguas baldías ubicadas en el farallón y en el páramo improductivo. En la colonización de los bosques del San Juan no existieron mecanismos de control y selección de los nuevos habitantes. Abundantes testimonios escritos indican que por los tiempos de la fundación y aún antes de la misma, Andes era un verdadero palenque, cuando no, refugio de criminales y facinerosos. Es necesario anotar que las drásticas y moralistas legislaciones de la época asimilaban a la categoría de delincuentes a los vagos e incluso a los opositores políticos.

Hubo también por la época serios problemas con las tribus indígenas. Los nuevos habitantes los fueron desplazando lentamente, razón por la cual, Pedro Antonio Restrepo Escobar, más tarde, se vio obligado a hacerles su defensa. Existen dos tribus en este territorio con derecho a terrenos porque son los verdaderos dueños de él como sus antiguos habitantes, sostiene en uno de los informes que periódicamente enviaba a la capital del estado de Antioquia. La colonización de este territorio no fue, entonces, un proceso fácil y exento de dificultades. Los primeros pobladores debieron vencer a una selva húmeda e insalubre, plagada de insectos dañinos y aun de serpientes y animales peligrosos. A esto debe sumársele los frecuentes conflictos generados por la ocupación de la tierra y la falta de recursos económicos para hacerla productiva. Sin embargo, estos hombres y mujeres, con la fuerza y el espíritu característicos del antioqueño y con el deseo vehemente de morar en un territorio nuevo y promisorio, allanaron dificultades y lentamente construyeron el embrión de lo que sería luego un gran pueblo en el contexto departamental.

La fundación​

Fijar con precisión la fecha fundacional de algunas poblaciones se constituye en un asunto que en ocasiones suscita toda suerte de polémicas. Diversos factores de índole social, económica, política e incluso religiosa confluyen para que ocurra este hecho que ocupa un lugar de privilegio en las cronologías municipales. En el caso de Andes, por ejemplo, se dan diversas fechas como día de la fundación. Manuel Uribe Ángel señala el 13 de marzo de 1852; Roberto Luis Jaramillo sostiene que el trazado de la población se efectuó el 9 de marzo de 1853 y Rufino Gutiérrez menciona el 12 de marzo de 1852 como fecha correcta. Se ha acogido como la más acertada, la fecha establecida por Uribe Ángel.

Recientes investigaciones regionales han aportado valiosos elementos para aclarar este período inicial de nuestra historia. Pueden sintetizarse así:

·        Por el año 1847 el abogado medellinense Pedro Antonio Restrepo Escobar se constituía en uno de los más prominentes políticos y abogados de Antioquia. Como tal, fue contratado para dirimir un antiguo litigio entre el cabildo de Titiribí y el cura de ese pueblo por unos terrenos ubicados en la margen izquierda del río San Juan y la quebrada de Comiá. Tres años después se resuelve el conflicto a satisfacción de las partes recibiendo él, por honorarios, un globo de tierras de 8750 fanegadas.

·        Los territorios adquiridos por Restrepo Escobar ya estaban habitados en parte por colonos provenientes en su mayoría de Titiribí, Amagá, Itagüí, Medellín y Envigado lo que le daba la oportunidad de acrecentar su poder político, pues lo convertía en jefe de una importante clientela diseminada a lo largo y ancho de 150.000 fanegas de tierra y le posibilitaba, además, alcanzar altas posiciones de representación política en la república.

·        Una ordenanza del 28 de septiembre de 1850, expedida por la cámara provincial (hoy asamblea departamental), de la cual Restrepo era presidente, crea las aldeas de Soledad, en territorios de los distritos de Nueva Caramanta y Concordia, y Piedras (Jericó). La Aldea de Soledad, con 398 habitantes según un censo de 1851, es la base para la fundación posterior de Andes. Es necesario anotar que el vecino municipio de Jericó ha adoptado la fecha en mención la del inicio de su vida institucional, lo mismo pudo hacerse en Andes; pero, razones de índole política desplazaron este acontecimiento para un año y medio después.

·        En julio de 1851 Pedro Antonio Restrepo Escobar participa en una fracasada revolución conservadora local en defensa de la iglesia contra las medidas liberales del gobierno central. Derrotada la insurrección, es condenado al exilio y huye al suroeste en compañía de su esposa y dos hijos. Se establece luego en la aldea de Soledad, donde se da cita, el 5 de marzo de 1852, con José María Restrepo Uribe Y Martín Vélez, delegados del cabildo de Titiribí, para recibir los terrenos que se le debían. Se respetaría a los pequeños propietarios que con anterioridad habían hecho sus aberturas o pequeñas fincas dentro del territorio.

·        Restrepo, aprovechando la ascendencia política que mantenía sobre los pobladores de la región, muchos de los cuales eran sus parientes, decide corroborar la ordenanza de septiembre de 1850 fundando la población de Los Andes el 13 de marzo de 1852. Puede hablarse, entonces, de una refundación, que sumaría a su prestigio político, el título de fundador de pueblos. Un año después se eleva el poblado a la categoría de viceparroquia dependiente del distrito de Concordia y se hacen titulaciones de tierras para 1300 colonos.

·        Consolidado el núcleo poblacional, muy pronto se comenzó a abrir caminos de integración con otras poblaciones ya constituidas del suroeste y sobre todo con los centro mineros de Titiribí, Marmato y Chocó a donde se llevarían con preferencia los excedentes de la producción agropecuaria. Se iniciaba además, en los siguientes cinco años, motivado por la riqueza agrícola y minera del territorio, un importante flujo migratorio hacia nuestra región. Familias de todas las condiciones sociales llegaron aquí para buscar o acrecentar su fortuna.

·        Estaban dadas entonces las condiciones para erigir la primera junta de gobierno: el cabildo, que estaría conformado por Francisco María Restrepo, presidente, Eusebio Mejía, Sótero Arango, Manuel María Restrepo, Carlos Vélez, Gabriel Vásquez, Fausto Arango y Ramón Correa. Se crearía luego la junta del ayuntamiento, conformada por el corregidor principal, un corregidor suplente, un tesorero, un procurador y un escribano.

·        Empezó luego a conformarse una población caracterizada en sus inicios por su profundo espíritu conservador, moralista y religioso, su capacidad de trabajo y sobre todo, su celo racial y sus prejuicios ideológicos. La andina fue una sociedad cerrada y tradicionalista, fundada en la endogamia y donde el temor a la mezcla de sus grupos medianamente altos origió la consolidación de clanes familiares convencidos de su cristianismo acendrado y de su limpieza de sangre. Restrepos, Uribes, Mejías, Arangos, Aramburos, etc, accedieron pronto al poder local e impusieron a una mayoría de campesinos y mineros pobres sus criterios políticos e ideológicos.

·        E consolidar esta atmósfera clerical y un tanto feudalista, contribuyó eficazmente el fundador, quien, entronizado como patrono moral del poblado, mantuvo por años una celosa vigilancia para que anduviera por los cauces de la tradición y rechazara cualquier asomo de ideología liberal.

Tomado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Andes_(Antioquia)

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